PASARLAS MORADAS
Los de siempre no sabían lo que era sentir miedo, y si lo sabían ya lo habían olvidado. El miedo era algo que sentían los demás, los de abajo, los otros. Y el miedo era poder. Como chamanes de la tribu salían ataviados con sus mejores galas para esparcir el miedo alrededor con las viejas palabras, gastadas pero eficaces. Y de pronto un buen día, el miedo cambió de bando. En el año 2014 yo vivía en Horley, una pequeña localidad en el sudeste de Inglaterra. Como tantos de mi generación, había tenido que marcharme de España en busca de oportunidades. En la distancia, seguía los acontecimientos políticos con cierto desapego. Tanto, que hasta la noche de las elecciones europeas no supe qué era Podemos. En la rabia contenida del exilio, lejos de los míos, aquellos jóvenes me hicieron volver a creer en la política. Volver a creer que Sí Se Puede. Para muchos luchadores por la libertad, Podemos significó una vuelta a la juventud, a los ideales por los que se dejaron la piel, una especie de rom